Los lípidos o grasas constituyen la reserva energética más importante del organismo. Es un excelente material aislante en cuanto a temperatura se refiere, así como un buen sistema protector y de sostén de vísceras. Pero tienen efectos perjudiciales para nuestro organismo.
Las fuentes de obtención de los ácidos grasos pueden ser de origen animal (manteca de cerdo, tocino, grasa de la leche, yema de huevo...) o de origen vegetal (aceite de oliva, aceite de girasol, aceite de maíz, aceite de soja...).
Un exagerado consumo de grasas animales provoca un aumento en el nivel de colesterol, obesidad y arteriosclerosis. En la actualidad existe la tendencia de reducir la cantidad total de grasas ingeridas y utilizar en mayor medida las grasas de origen vegetal.
Ingesta diaria de grasas
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Kcal diarias obtenidas de las grasas
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Kj obtenidos de las grasas
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% de grasa en relación a la dieta diaria
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60 – 100 grs
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597
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2.500
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25-30 %
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Aparece en la industria alimentaria las grasas trans que se elaboran añadiendo hidrógeno a algunos aceites vegetales, obteniéndose así lo que se conoce como grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas. De esta forma el aspecto físico de los aceites pasa de líquido a sólido.
Este tipo de grasas se emplea con frecuencia en la elaboración de palomitas, patatas fritas, empanadillas, pizza, bollería, galletas...
A pesar de su origen vegetal, debido al tratamiento químico que ha sufrido, se comporta en nuestro organismo como la grasa saturada. Los fabricantes emplean este tipo de grasas por su bajo coste y porque los productos elaborados con estas grasas tardan más tiempo en caducar (envejecer). Se debe evitar las grasas denominadas grasas trans. En el siguiente enlace un especialista en lípidos nos aclara algunas dudas.
RECUERDA QUE al efectuar esfuerzos físicos de mediana intensidad y larga duración, las grasas son utilizadas por las células musculares para obtener energía.
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